Contrate a un experto para llevar a cabo una evaluación del peligro volcánico para el área del proyecto
Se debería llevar a cabo una evaluación del peligro volcánico para identificar qué peligros volcánicos (p. ej. lluvia de cenizas, gases, proyectiles balísticos, flujos de lava, lahares y corrientes de densidad piroclástica) pueden afectar a la ubicación de su proyecto. Los volcanes pueden generar múltiples peligros:
Corrientes de densidad piroclástica (a veces denominados flujos piroclásticos): son nubes de gases calientes y partículas que se desplazan rápidamente, formadas por el colapso de una columna eruptiva o por la interacción explosiva del magma con agua (subterránea o superficial). Se mueven con rapidez, a velocidades superiores a 350 kilómetros por hora bajando por las laderas del volcán, y pueden extenderse a decenas de kilómetros del cráter. Son muy letales (tanto por el calor como por la presión/impacto) y destructivas para la mayor parte de las estructuras.
Lahares (lodos volcánicos): son flujos de agua cargados de restos volcánicos que se desplazan pendiente abajo por la gravedad siguiendo, por tanto, los valles fluviales. Pueden desplazarse a gran distancia (100 kilómetros o más) del volcán. Es importante señalar que los lahares también pueden desencadenarse en fases no eruptivas, por ejemplo, a causa de la rotura de lagos del cráter o de la caída de fuertes lluvias sobre material no consolidado de erupciones anteriores.
Proyectiles balísticos: son fragmentos de lava o rocas de las proximidades del cráter que se expulsan violentamente del volcán siguiendo trayectorias balísticas. Pueden ser tan letales como destructivos, pero normalmente su alcance se limita a unos pocos kilómetros del cráter.
Ceniza: la ceniza volcánica está compuesta por fragmentos de roca transportados por el aire durante una erupción volcánica. El término general para todos estos materiales es "tefra", entre los que la "ceniza" es el material con tamaños inferiores a 2 milímetros. La ceniza se dispersa a sotavento y puede desplazarse a cientos o incluso a miles de kilómetros del volcán y cubrir grandes áreas de terreno con cenizas.
Gas: los volcanes pueden emitir gases no solamente durante las erupciones, sino también entre ellas. Los gases volcánicos se dispersan a sotavento y pueden desplazarse cientos o incluso miles de kilómetros. Los principales gases emitidos por los volcanes son el vapor de agua, el dióxido de carbono y el dióxido de azufre. De estos, el dióxido de azufre (SO2) tiene las mayores consecuencias para las personas y las infraestructuras debido a su capacidad para formar gotículas de ácido sulfúrico.
Flujos de lava: efusiones de magma fundido procedente de fisuras o aberturas volcánicas. Normalmente se mueven lentamente, por lo que tienden a ser destructivos más que letales. En general, la mejor opción de mitigación es evitarlos, pero también se han hecho intentos satisfactorios para detener o desviar flujos de lava que avanzaban. Es importante señalar que estas medidas normalmente solo sirven para prolongar el comienzo de la inundación de lava.
Colapso de sector: con frecuencia los volcanes son formaciones inestables e incluso después de largos periodos de inactividad pueden colapsar repentinamente y producir corrimientos de tierras. Esto puede ser más común con los volcanes estrechamente vinculados a fallas tectónicas; el colapso generalmente se desencadena por terremotos o fenómenos volcánicos. Las pendientes alteradas por la meteorización o por la actividad hidrotermal pueden ser más propensas al colapso.
Las erupciones volcánicas pueden dar lugar a un tsunami, normalmente debido a corrimientos de tierras que desplazan grandes volúmenes de agua o cuando se producen erupciones junto a grandes masas de agua. Aun siendo raros, son responsable de algunas de las mayores pérdidas de vidas humanas durante las erupciones volcánicas.
Seísmos volcánicos y temblores sostenidos.
Para obtener más información sobre los peligros volcánicos, consulte: http://volcanoes.usgs.gov/hazards/index.php
Una evaluación del peligro volcánico debería utilizar una metodología sistemática para evaluar peligros creíbles y garantizar que todos los peligros relevantes estén incluidos en el análisis. Para ello, entre otras cosas, se deberían tomar medidas para comprender la distribución de los múltiples peligros que puede desencadenar una erupción volcánica. Consulte los mapas locales de peligros volcánicos, si existen. La evaluación del peligro volcánico debería tener en cuenta la siguiente información básica:
Los fenómenos volcánicos rara vez generan un único peligro. Normalmente, las erupciones inician una secuencia compleja de fenómenos que pueden producir una gran variedad de resultados y peligros derivados de la erupción.
Estos peligros pueden aparecer de forma secuencial o simultánea; desplazarse a velocidades que van de muy lenta (flujos de lava) a muy rápida (flujos piroclásticos), y afectar a distintas áreas alrededor del volcán.
Pueden verse afectadas por peligros volcánicos como cenizas y gases volcánicos, lahares y tsunamis incluso áreas situadas a decenas o cientos de kilómetros de un volcán.
Los episodios de actividad eruptiva en volcanes concretos pueden durar desde horas a décadas, o más, y puede haber periodos de meses o años entre unas fases de actividad y otras.
Las regiones volcánicas tienen con frecuencia múltiples volcanes activos en un espacio reducido, lo que aumenta la probabilidad de que un lugar cercano se vea afectado por peligros volcánicos.
Algunos peligros volcánicos pueden aparecer durante periodos no eruptivos. Por ejemplo, los lahares pueden desencadenarse por la caída de precipitaciones fuertes sobre material no consolidado de erupciones previas.
Existe una relación entre el tamaño y la frecuencia de las erupciones. Las erupciones más grandes tienden a ser menos frecuentes, pero con impactos más importantes. Las erupciones de menor importancia tienden a ocurrir con más frecuencia, pero con más impactos menores.
Puede ser más difícil predecir las erupciones menores dado que presentan menos señales de aviso.
Todos los volcanes activos tienen el potencial de volver a entrar en erupción, a veces con muy pocas señales de aviso. Algunos volcanes han entrado en erupción después de permanecer dormidos durante miles de años o más.
Considere si las condiciones locales del lugar (por ejemplo, la topografía y la dirección predominante del viento) podrían aumentar la exposición del lugar del proyecto a peligros volcánicos. Por ejemplo, los proyectos ubicados en valles pueden estar sujetos a los peligros del lahar, incluso a más de 100 kilómetros de distancia del volcán.
Si el proyecto está en una zona peligrosa, recoja más datos específicos de peligros volcánicos para la localización exacta del proyecto. Podría comenzar con la elaboración de modelos de peligros volcánicos para todas las posibles amenazas volcánicas para el lugar del proyecto (es decir, desarrollar un modelo de evaluación de peligros volcánicos específico para el lugar).
Para obtener más información sobre los peligros volcánicos globales y sobre la evaluación de peligros volcánicos, consulte:
- Smithsonian Global Volcanism Programme: http://volcano.si.edu/
- Global Volcanic Model – Global Volcanic Hazard and Risk: www.cambridge.org/volcano
La metodología de evaluación de los peligros del Organismo Internacional de Energía Atómica constituye una guía útil para evaluar de forma exhaustiva los peligros volcánicos en lugares críticos: http://www-pub.iaea.org/MTCD/publications/PDF/Pub1552_web.pdf
Contacte con las organizaciones que puedan conocer los peligros volcánicos en el área: protección civil local gubernamental, organizaciones científicas y comunidades nativas.
Observatorios volcánicos
Algunos países con volcanes activos tienen observatorios volcánicos o agencias encargados de vigilar los volcanes locales y de llevar a cabo evaluaciones de los peligros, en diversas medidas. Si es posible, establezca una relación de trabajo con el observatorio o agencia nacional o local. Si no existe un observatorio o agencia nacional o local, contacte con alguna de las organizaciones regionales o globales.
Estas organizaciones tienen normalmente la responsabilidad de proporcionar información sobre los peligros volcánicos y de hacer un seguimiento de la actividad eruptiva para emitir alertas a las comunidades expuestas. Normalmente tienen una buena comprensión de la variedad, extensión e intensidad de los peligros que pueden producir los volcanes activos locales. Pueden ser también un excelente punto de contacto para acceder a información local sobre los peligros volcánicos y a información y contactos a nivel local/nacional relativos a la gestión de emergencias y protección civil.
La Organización Mundial de Observatorios de Volcanes proporciona una lista actualizada con cierta regularidad de observatorios volcánicos globales, incluidos los volcanes que vigilan y sus datos de contacto. Puede acceder a su página en: http://www.wovo.org/observatories/
Utilice el conocimiento tradicional para entender mejor el riesgo volcánico en el área del proyecto
El conocimiento tradicional y nativo puede ayudar a comprender el riesgo volcánico, especialmente cuando la historia geológica o escrita de un volcán sea limitada. Con frecuencia, las comunidades nativas tienen su propia comprensión y sus modos de denominar los procesos de un volcán. Es posible que también cuenten con sistemas tradicionales de ordenación del territorio y prácticas gestión de emergencias.
Utilice el conocimiento local para aumentar la resistencia del proyecto
Considere la posibilidad de contactar con personal local o internacional que tenga experiencia trabajando en el área del proyecto para comprender cómo ha tratado de reducir el riesgo volcánico. Proyectos anteriores u otros proyectos en curso pueden haber considerado ya los enfoques de gestión de riesgos y de evaluación de los peligros volcánicos requeridos para esta región.