El calor extremo es un peligro que normalmente evoluciona durante periodos que oscilan de días a semanas, afectando a grandes zonas geográficas (que se extienden a lo largo de miles de kilómetros) y que afectan a múltiples sectores, incluida la salud humana; el consumo y la producción de energía; las operaciones de las plantas industriales; la infraestructura del transporte; la producción de ganado; el rendimiento de las cosechas; la silvicultura; el turismo, y la productividad laboral. Las olas de calor pueden afectar la salud pública, reducir la productividad y limitar la funcionalidad de la infraestructura.
La información sobre el peligro por calor proporcionada por ThinkHazard! deberá considerarse preliminar en la definición del peligro por calor en la zona de su proyecto. Con el fin de determinar de modo más preciso el posible riesgo, deberá realizarse una evaluación detallada para identificar la vulnerabilidad de su proyecto al calor extremo.
Deberá ponerse especial atención a proyectos situados en zonas edificadas, como ciudades o puertos, dado que, en comparación con las zonas rurales, estas zonas están sujetas a un mayor peligro de calor extremo, debido al fenómeno de la isla térmica urbana.
Ciertos proyectos, como los relacionados con construcciones individuales o componentes de infraestructuras como transformadores de la red eléctrica, pueden requerir una evaluación muy exhaustiva a escala local del riesgo de calor extremo, considerando, por ejemplo, condiciones de calor en el interior frente al exterior, o lugares soleados frente a lugares en sombra, lo que conlleva resoluciones espaciales de unos pocos metros.
El indicador utilizado para el peligro de calor extremo en ThinkHazard! combina la temperatura y la humedad en el índice de medición del riesgo de estrés térmico (WBGT), que se relaciona con el bienestar térmico humano, y que no necesariamente constituye el indicador más relevante para su proyecto. Por ejemplo, si su proyecto tiene que ver con la producción de energía, podría necesitar más bien un indicador que cuantifique la demanda de energía de refrigeración (p. ej., días grado de refrigeración). Este se obtendría de análisis específicos del sector en la zona del proyecto, como se recomienda en algunos de los enlaces que se proporcionan a continuación.
Es posible que desee considerar las siguientes vulnerabilidades sectoriales al calor extremo:
• Salud humana: el calor extremo constituye la calamidad meteorológica individual más mortífera, debido a que también los eventos de calor extremo suelen coincidir con niveles elevados de contaminación atmosférica. Las poblaciones urbanas y las que trabajan en el exterior en zonas urbanas o rurales son las más vulnerables. La OMM y la OMS ofrecen orientación adicional en este documento: (2015) Heatwaves and Health: Guidance on Warning-System Development, http://www.who.int/globalchange/publications/heatwaves-health-guidance/en/. • La productividad laboral puede verse afectada por el calor extremo, en particular en el caso de los trabajadores en el exterior, o los trabajadores que laboran en construcciones mal refrigeradas o ventiladas. Los trabajadores agrícolas, manufactureros, y de la construcción son los más vulnerables al calor exterior. El WBGT es una medida adecuada en el contexto de la productividad laboral, si bien la evaluación de la exposición interior al calor extremo podría valerse de estimaciones locales específicas, realizadas con instrumentos de medición del WBGT comerciales.
• La producción de energía, especialmente la producción de electricidad, es particularmente vulnerable, dado que la infraestructura para la producción y la transmisión (p. ej., los transformadores) de energía eléctrica puede experimentar interrupciones en periodos de calor extremo. Además, los periodos de calor extremo vienen con frecuencia unidos a una mayor demanda de electricidad para la refrigeración de los edificios. Esto coincide con una mayor dificultad para obtener suficiente agua de refrigeración para la generación de energía térmica en condiciones de mucho calor. • La producción de energías renovables, en particular la energía solar —paneles fotovoltaicos (PV) y plantas de energía solar de concentración (CSP)— podría reducirse en periodos de temperaturas elevadas. En el caso de los módulos PV, debe tenerse en cuenta la eficiencia eléctrica dependiente de la temperatura, y aplicar medidas de mitigación como instalar paneles PV algunos centímetros por encima de los tejados para permitir que el flujo de aire convectivo enfríe los paneles. • Las plantas industriales pueden tener dificultades de refrigeración, especialmente aquellas que dependen de la refrigeración natural del viento. Además, la producción de energía inducida por el calor puede reducirse y afectar negativamente las operaciones en las plantas industriales. • La infraestructura del transporte también es sensible al calor extremo. Las operaciones ferroviarias pueden verse adversamente afectadas por el combado de las vías férreas, la fatiga de materiales, y el sobrecalentamiento de los equipos. Los pavimentos de las carreteras pueden sufrir daños, y los neumáticos de los vehículos experimentan fallos a temperaturas elevadas. Los aviones pueden enfrentar daños en la superficie de las pistas, y límites de peso al despegue durante periodos de calor. • El rendimiento de las cosechas puede verse afectado negativamente por el calor, especialmente si el calor viene acompañado de sequía. En condiciones de calor y sequía, existe un mayor riesgo de incendios forestales, mortalidad de los árboles inducida por el calor y reducción de la tasa de crecimiento, lo que afecta a los proyectos forestales. Pueden utilizarse curvas dedicadas específicas de especie que expresen la respuesta de crecimiento de la planta como función de la temperatura, para estimar el impacto sobre proyectos forestales. • La producción de ganado puede quedar comprometida durante periodos de calor extremo, especialmente los sistemas intensivos de ganado lechero, debido a una menor fertilidad y una mayor mortalidad, una menor producción de leche y las pérdidas de ingresos asociadas. Las aves de corral y el ganado porcino también son sensibles al calor extremo. • En determinadas zonas, el turismo de verano puede verse afectado negativamente por las consecuencias del calor extremo, si bien otras zonas (más frías) podrían beneficiarse de las mismas. A fin de evaluar esta situación, se han establecido los denominados "índices climáticos para el turismo".
Además de estas consideraciones basadas en los sectores, tenga en cuenta el hecho de que la vulnerabilidad de su proyecto al peligro de calor extremo también puede surgir de impactos sectoriales indirectos. Por ejemplo, una unidad de producción industrial puede ver comprometidas sus operaciones no solo por las condiciones locales de estrés térmico (que afectan la productividad laboral o provocan fallas de componentes), sino también debido a la interrupción del transporte o de las infraestructuras de producción de energía que afectan a sus líneas de suministro.
El peligro de calor extremo aparece con frecuencia junto con la sequía (escasez de agua), de la cual también hay disponible información en la plataforma ThinkHazard!. El calor y la sequía combinadas pueden reforzar los impactos mutuos, por ejemplo durante un episodio de calor extremo, una planta industrial puede requerir una mayor refrigeración, pero una sequía simultánea podría limitar la disponibilidad de agua de refrigeración.
Recursos adicionales: • OMM y OMS 2015. Heatwaves and Health: Guidance on Warning-System Development, http://www.who.int/globalchange/publications/heatwaves-health-guidance/en/ • Queensland University of Technology 2010. Impacts and adaptation response of infrastructure and communities to heatwaves: the southern Australian experience of 2009. Informe para National Climate Change Adaptation Research Facility, Gold Coast, Australia; https://www.nccarf.edu.au/publications/impacts-and-adaptation-responses-infrastructure-and-communities-heatwaves • Más información sobre los "índices climáticos para el turismo" se puede encontrar en: https://earth-perspectives.springeropen.com/articles/10.1186/s40322-016-0034-y.