La orientación profesional puede adoptar diversas formas que incluyen desde el asesoramiento informal a una evaluación de riesgos de inundación (FRA) completa y específica para el lugar. El nivel de consulta necesario dependerá en gran medida de la vulnerabilidad del proyecto o de la construcción, el nivel de riesgo de peligro de inundación previsto y el nivel de FRA exigido por la legislación local (si lo hay).
En primer lugar, el asesoramiento informal puede constituir un medio útil y eficaz para comprender mejor el peligro de inundación. Los foros profesionales e incluso las plataformas de medios sociales profesionales pueden ser una vía para acceder a profesionales con experiencia en el campo de la evaluación del riesgo de inundación. Los académicos con experiencia en su lugar de interés también pueden constituir un recurso útil. Es posible que conozcan en profundidad el peligro de inundación y que sean capaces de identificar conjuntos de datos fundamentales en la región.
Con una evaluación del riesgo de inundación puede lograrse una comprensión más detallada del riesgo de inundación. Una evaluación del riesgo de inundación se diferencia de una FRA específica para un lugar en que proporciona una imagen más localizada del riesgo de inundación (que el proporcionado por la herramienta ThinkHazard!), pero todavía con una visión amplia de este. Estos análisis son normalmente estudios teóricos que intentarán proporcionar una evaluación genérica del riesgo de inundación agrupando la información disponible y, tal vez, elaborando algún tipo de modelo a gran escala. Una evaluación de riesgos de inundación destacará esferas clave en las que pueda ser necesario realizar un estudio más detallado. Las evaluaciones de riesgos de inundación deben llevarlas a cabo consultores que tengan experiencia en este campo. Preferiblemente, el consultor tendrá también experiencia local, por lo que estará familiarizado con los datos y la información disponibles, así como con la legislación local relevante.
Una FRA específica para un lugar es la evaluación más detallada de riesgos de inundación en una ubicación determinada. Por lo general, las FRA incluirán evaluaciones del lugar realizadas por ingenieros y podrán contener modelos detallados de inundación. Las FRA pueden ofrecer información detallada sobre el riesgo de inundación y recomendar, para el proceso de diseño, el nivel adecuado de protección frente a inundación o de ajustes in situ necesarios. Las FRA pueden ser costosas y deben llevarlas a cabo consultores con experiencia en evaluaciones de riesgos de inundación específicas para lugares concretos. El consultor deberá tener también amplia experiencia en la realización de FRA bajo la climatología y topografía dadas, así como estar familiarizado con la legislación local. Si el proyecto implica construcción, es posible que haya normas de construcción relevantes aplicables en lo que respecta al riesgo de inundación, por ejemplo, acerca del drenaje de las autovías y la estabilidad de los diques. Deberán tener las competencias adecuadas en materia de hidrología, hidráulica y modelización informática de ríos. A todo consultor al que quiera contratar con estos fines, solicítele siempre ejemplos detallados de su experiencia en este campo.
El nivel de orientación profesional dependerá en gran medida de la vulnerabilidad del proyecto o construcción y el nivel de peligro identificado. Los activos altamente vulnerables son activos que resultarían muy afectados si se inundaran. Por ejemplo, la Planning and Policy Statement 25 (PPS 25) del Reino Unido ofrece una clasificación de las vulnerabilidades al riesgo de inundación que puede ser útil para determinar la vulnerabilidad de un proyecto. La PPS 25 divide las vulnerabilidades en cinco categorías:
Infraestructura esencial - toda la infraestructura que no pueda reubicarse, independientemente del nivel de peligro.
Altamente vulnerable - activos que agravarían enormemente las repercusiones de una inundación, si se inundaran. Algunos ejemplos son las unidades de respuesta de emergencia, los hospitales, las centrales eléctricas y las instalaciones de materiales peligrosos.
Más vulnerable - activos que ocasionarían un daño significativo si se inundaran. Algunos de ellos son los edificios residenciales, las instalaciones educativas y los vertederos.
Menos vulnerable - activos que no empeorarían de forma significativa los impactos de una inundación, pero que provocarían daños. Entre ellos figuran tiendas, cafeterías, establecimientos no residenciales, centros de tratamiento de residuos (no peligrosos), edificios agrícolas y tierras.
Compatible con el agua* - infraestructura que no sufre daños durante una inundación. Algunos ejemplos son las defensas contra inundaciones, los servicios al aire libre, los terrenos deportivos y de ocio, los muelles y los puertos deportivos.
Un activo altamente vulnerable, como un hospital, requerirá una comprensión detallada del riesgo de inundación. Por lo tanto, sería muy recomendable realizar una FRA específica para el lugar de todos los peligros cuya intensidad sea superior a “muy bajo”.
- En el caso de los activos de vulnerabilidad elevada, considere la posibilidad de encargar una evaluación del riesgo de inundación, con el fin de proporcionar una comprensión detallada del riesgo de inundación local.
- Para activos de menor vulnerabilidad, considere la posibilidad de solicitar asesoramiento informal a profesionales que tengan experiencia en este campo.